Jugando

Ya pasados quince días de la creación del blog y de la primer entrada, creo oportuno comenzar a darle la forma que quiero. Si empezamos por el principio, que es por dónde debemos, quiero esbozar una minúscula explicación del nombre. Sin perder el toque de mis experiencias personales, acá va...

Cuando eramos pequeñas, en los recreos de la escuela solíamos jugar con mis amigas al elástico de a dos. Queriendo ganar y seguir jugando, inventábamos al "angelito", que por lo general era la que mejor jugaba (grande Coti!), para salvarnos si perdíamos y así no tener que dejarle el turno a la otra pareja. Siendo un poco más grandes, junto con los varones jugábamos a la mancha (memorable caída con Toribio en el 2001) o a la escondida en los recreos de inglés: en esa época siempre había alguno que por querer ganar o ser el primero, hacía trampa y trataba mal a los demás.

Otra anécdota que no puedo dejar de nombrar, son las "misiones" que hacíamos con un grupito de chicas que, yendo en contra de las reglas, ibamos a los espacios "prohibidos" del colegio. Al ser chicos, capaz no nos dábamos cuenta que lo que hacíamos o lo que decíamos podía llegar a perjudicar a otra persona...

Luego, crecimos un poco más y pasamos a la secundaria; en los recreos sólo los chicos jugaban al fútbol, mientras que las chicas nos dedicábamos a charlar. Fue una época de menos corridas pero más Truco, Chinchón y Tutti Frutti. Donde nos juntábamos no más de seis pero un grupito al fin.

En cambio, en el Batallón no usamos el juego "sólo en los recreos", por el contrario, es una herramienta que siempre usamos, ya sea como medio para llegar a los chicos, como disparador para las reflexiones, para conocernos más o para distendernos.

El juego es una actividad recreativa relacionada a todo ser humano, como forma de entretenimiento y de distracción tanto física como psíquica. Al bebé puede ayudarlo a interactuar con lo que lo rodea; al niño puede contribuir a forjar lazos con otros niños de su edad; al jóven puede ser una herramienta para conocerse más personalmente; al adulto puede ser como vía de escape de sus problemas; al anciano puede ayudarlo a interactuar con lo que lo rodea.

«Tómate tiempo para jugar, es el secreto de la perpetua juventud.»

Madre Teresa de Calcuta