miércoles, 25 de mayo de 2011

Madre

Ayer, 24 de marzo, fue el día de María Auxiliadora.
Don Bosco nos la presenta en muchas ocasiones, como nuestra Madre, como la Madre a la que tenemos que acudir porque ella nos va a ayudar. Así como el R. P. Tomás Boyle, nos la enseña como «la Virgen Capitana del Batallón y de los Campamentos»; Don Bosco, desde muy chico -por ejemplo en el sueño de los 9 años-, nos la muestra como Maestra.

Por eso, el día de hoy, les traigo parte del capítulo primero de un libro escrito hace un cuarto de siglo por dos estadounidenses. Empezando por el aprender a ser, vemos cómo un docente, valiéndose de lo que sabe y lo que va aprendiendo, tiene que seguir buscando nuevas herramientas para poder llegar a los chicos.
Les aclaro que les voy a dejar un tema abierto: me refiero, cuando dice “un modelo de cada uno de los cuatro grupos”: grupos que se los iré proponiendo a lo largo de la próxima semana, hoy simplemente los voy a nombrar.

 «Cuando describimos modelos y discutimos acerca de su utilización, encontramos que la tarea de selección de modelos apropiados es compleja y que las formas de enseñanza «buena» son numerosas según los objetivos.
 Pensamos que la enseñanza es un proceso en el que profesores y alumnos crean un medio compartido (...) que colorean nuestra percepción de la realidad. Los «modelos» de enseñanza elegidos están en relación con el tipo de realidades introducidas en la clase y con la cosmovisión que impulsa a profesor y alumnos a trabajar juntos.
 Empezamos impulsando la idea según la cual existe un modelo perfecto. No debemos limitar nuestros métodos a un modelo único, por atractivo que sea a primera vista, porque NO hay modelo capaz de hacer frente a todos los tipos y estilos de aprendizaje. Suponemos que existen clases diversas de aprendizaje que exigen diferentes métodos de enseñanza. Suponemos también que nuestros alumnos vienen a nosotros con diferentes estilos de aprendizaje, buscando distintos enfoques para poder aprender con eficacia. [...]

 ¿Qué modelos deberá aprender un profesor? Sugerimos la idea de aprender al principio un modelo de cada uno de los cuatro grupos, añadiendo otros a medida que se necesiten para una enseñanza especial. La formación del profesor deberá incluir el dominio de cuatro o cinco métodos como repertorio inicial.
 Los modelos de enseñanza crean ambientes, proporcionan lineamientos generales para diseñar y construir situaciones de aprendizaje.
 El mundo que deseamos es un mundo en que los alumnos experimenten muchos modelos y aprendan con ellos. A medida que los profesores amplíen su repertorio, los alumnos ampliarán el suyo, convirtiéndose en personas que aprenden de modo más potente y multidimensional. Tal es la razón de ser de Modelos de enseñanza.»

Joyce, B. y Weil, M. “Modelos de Enseñanza” Anaya. Madrid. 1985

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